
La vereda del Normal Superior N°3 de San Telmo fue el escenario de una jornada marcada por la memoria. En una ceremonia que reunió a estudiantes, docentes y exalumnos, se colocaron baldosas conmemorativas en honor a las compañeras y docentes desaparecidos durante la última dictadura militar.
La iniciativa fue impulsada por la Comisión por la Memoria del Normal N°3, que desde hace años impulsa actividades para mantener vivo el recuerdo de quienes fueron víctimas del terrorismo de Estado. La acción buscó, además, reflexionar sobre los desafíos actuales en materia de derechos humanos.
El homenaje no solo recordó el pasado. También apuntó a visibilizar lo que consideran continuidades en políticas represivas y económicas bajo el actual gobierno, denunciando medidas que, para la comunidad educativa, afectan la memoria y el acceso a la educación pública.
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La consigna “Viva la escuela pública” resonó entre los presentes con compromiso para que las nuevas generaciones conozcan la historia sobre los hechos ocurridos entre 1976 y 1983.
En el acto, se escucharon testimonios de familiares y amigos de las víctimas. Relataron quiénes eran esas docentes y estudiantes, cómo vivían, qué soñaban, y cómo la represión truncó sus proyectos personales y profesionales.
El momento más emotivo llegó cuando, tras descubrir las baldosas, se nombró en voz alta a cada una de las compañeras homenajeadas. Participaron delegaciones del anexo Lugano y del Normal 3 de San Telmo. El encuentro entre ambas sedes ayudaron a organizar la ceremonia y a construir un recorrido colectivo de memoria por la Escuela.
La actividad incluyó música en vivo, intervenciones artísticas y la lectura de poesías que evocaban la lucha por la verdad, la justicia y la Escuela Pública.
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En varios discursos se remarcó que la memoria no es solo una cuestión histórica, sino una herramienta para el presente. “¡30.000 compañeros desaparecidos. Presente. Ahora y siempre!” fue una de las frases más resonantes, reafirmando la cifra de personas desaparecidas reconocida por organismos de derechos humanos.
Los organizadores destacaron que el homenaje fue posible gracias al esfuerzo colectivo para financiar la producción de las baldosas y los materiales utilizados en la ceremonia. Para muchos de los asistentes, el encuentro fue también una oportunidad de reencuentro con excompañeros y docentes, fortaleciendo el vínculo entre alumnos y docentes como espacio de resistencia y memoria.