
El presidente Javier Milei salió a defender a José Luis Espert tras su renuncia a la candidatura a diputado por Buenos Aires. Criticó con dureza los ataques que recibió y puso el foco en la responsabilidad de quienes lanzan acusaciones.
Milei afirmó que “no tengo dudas de su honorabilidad”, según mencionó. Esa frase dejó claro que el mandatario no duda de la integridad de Espert a pesar del revuelo político que generó su baja.
El jefe del Ejecutivo sostuvo que la salida del economista fue “un gesto noble a la luz de lo que estaba ocurriendo”, precisó. Denunció una operación montada por el kirchnerismo con el fin de “ensuciar” su figura.
En su discurso señaló con ironía que en vez de debatir planes a futuro para que Argentina se desarrolle, se estaba discutiendo “si estamos manchados o no en La Libertad Avanza”. Dijo que ese debate tiene poco sentido viniendo de quienes lo promueven.
El Presidente también reconoció que no le corresponde explicar ciertos hechos, como las acusaciones contra Espert, aunque dejó claro que lo defiende: “Es muy difícil pararse frente a la cámara y encontrarse con esas acusaciones aberrantes. Una persona honesta no está acostumbrada a ese barro”, expresó, según precisó.
Milei destacó que Espert no tenía cargos judiciales en ese momento y afirmó que cuando se le presentaron los cargos, lo hizo a través de personas “honorables”. Según lo que dijo, eso demuestra que no existió mala intención.
Además, al referirse a la oposición, el Presidente advirtió que sus adversarios están protegidos: “Nadie les va a preguntar a Taiana o a Grabois nada”, sostuvo. Los acusó de tener antecedentes judiciales y recordó causas como los cuadernos, Hotesur y el Memorándum con Irán.
Con fuertes críticas afirmó que quienes están “sucios” tratan de ensuciar también a los demás para crear una falsa igualdad: “Hoy Espert demostró que no somos lo mismo. Es un peleador, un gladiador”, dijo. Y concluyó que la baja fue por una responsabilidad histórica: la libertad es más grande que cualquier candidato.
La renuncia de Espert generó reacciones inmediatas en el mundo político. Desde la oposición, calificaron su decisión como un “adiós” definitivo. En el oficialismo, sus declaraciones reactivaron un debate sobre moral pública y campaña sucia.
Muchos analistas creen que Milei buscó usar este episodio para consolidar su discurso contra una clase política que, según él, corrompe por dentro. Con esta defensa, el Presidente intentó mostrar que su espacio no es comparable con otras fuerzas.
El episodio marca un punto de tensión en la campaña electoral. La baja de Espert cambió el escenario en Buenos Aires y dejó en evidencia que los ataques políticos pueden tener efectos inesperados. Ahora queda ver cómo repercutirá esto en los próximos actos y debates.