El Gobierno porteño instaló lectores digitales para registrar la llegada de los docentes y generó críticas por la falta de información y capacitación
El nuevo sistema busca registrar la asistencia de los docentes con lectores digitales, pero genera críticas por falta de información y capacitación (Foto: Prenoticia)
La implementación tomó por sorpresa a los docentes de la Ciudad de Buenos Aires. Los lectores de huella digital se instalaron en distintos colegios, aunque hasta ahora no funcionan oficialmente. El objetivo del Gobierno porteño es garantizar que los docentes asistan a sus clases y mejorar la organización de las escuelas.
Algunos colegios ya recibieron los dispositivos. Por ejemplo, en la Escuela Primaria Común N° 13 República de Filipinas, el sistema se instaló el miércoles. Personal del Gobierno pidió el DNI y la huella digital de los docentes, pero nadie explicó cómo usar el lector para registrar la presencia. Desde los equipos docentes, la reacción no se hizo esperar. Consideran que la medida atenta contra la organización escolar y la describen como una forma de presión hacia los trabajadores. Reclaman que no hubo consultas ni capacitaciones antes de la instalación.
Los docentes comenzarán a registrar su asistencia con huella digital (Foto: Prenoticia)
El Gobierno porteño, en tanto, defendió la iniciativa. Afirman que los lectores de huella digital permitirán controlar mejor los horarios de los docentes y evitar llegadas tarde. Además, aseguran que la medida ayudará a ordenar el funcionamiento de los colegios.
Pese a las críticas, se espera que el sistema comience a operar la semana próxima. Por ahora, los lectores permanecen instalados, pero inactivos. La puesta en marcha promete cambios en la forma en que se verifica el presentismo de los docentes. Los docentes alertan que el procedimiento actual genera confusión. Cumplieron con entregar sus datos personales, pero nadie explicó cómo dar el presente en el lector digital. Esto genera incertidumbre sobre su aplicación y posibles errores en los registros.
La medida también puso en el centro del debate la relación entre la autoridad educativa y los docentes. Algunos sostienen que hay falta de diálogo y que la instalación de los lectores se percibe como un control excesivo más que como un apoyo a la gestión escolar.
Para los colegios, implica reorganizar tiempos y espacios. La llegada de los dispositivos obligará a que los docentes pasen por un punto específico para registrar su huella, algo que antes no formaba parte de la rutina diaria.
Además, la polémica crece porque no todos los colegios recibieron información detallada sobre los pasos a seguir. La capacitación es un punto crítico que los gremios y los docentes exigen antes de que el sistema empiece a funcionar oficialmente.
Algunos especialistas en educación sostienen que el control digital de asistencia puede ser útil, pero advierten que debe acompañarse de explicaciones claras y de un marco de respeto hacia los trabajadores. Sin esto, la medida podría generar malestar. En la Ciudad de Buenos Aires, la llegada de este sistema se suma a otros intentos de modernizar la gestión educativa, aunque la comunicación con los docentes sigue siendo un punto débil. Las escuelas esperan que el funcionamiento sea claro y que no genere conflictos innecesarios.
Algunos directivos destacaron que la experiencia dependerá de la capacitación y la organización interna de cada establecimiento. Mientras tanto, los docentes esperan conocer detalles sobre los horarios y la metodología de uso. El inicio del registro oficial marcará un cambio en la rutina diaria en los colegios de Ciudad de Buenos Aires.

La implementación tomó por sorpresa a los docentes de la Ciudad de Buenos Aires. Los lectores de huella digital se instalaron en distintos colegios, aunque hasta ahora no funcionan oficialmente. El objetivo del Gobierno porteño es garantizar que los docentes asistan a sus clases y mejorar la organización de las escuelas.
Algunos colegios ya recibieron los dispositivos. Por ejemplo, en la Escuela Primaria Común N° 13 República de Filipinas, el sistema se instaló el miércoles. Personal del Gobierno pidió el DNI y la huella digital de los docentes, pero nadie explicó cómo usar el lector para registrar la presencia. Desde los equipos docentes, la reacción no se hizo esperar. Consideran que la medida atenta contra la organización escolar y la describen como una forma de presión hacia los trabajadores. Reclaman que no hubo consultas ni capacitaciones antes de la instalación.
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El Gobierno porteño, en tanto, defendió la iniciativa. Afirman que los lectores de huella digital permitirán controlar mejor los horarios de los docentes y evitar llegadas tarde. Además, aseguran que la medida ayudará a ordenar el funcionamiento de los colegios.
Pese a las críticas, se espera que el sistema comience a operar la semana próxima. Por ahora, los lectores permanecen instalados, pero inactivos. La puesta en marcha promete cambios en la forma en que se verifica el presentismo de los docentes. Los docentes alertan que el procedimiento actual genera confusión. Cumplieron con entregar sus datos personales, pero nadie explicó cómo dar el presente en el lector digital. Esto genera incertidumbre sobre su aplicación y posibles errores en los registros.
La medida también puso en el centro del debate la relación entre la autoridad educativa y los docentes. Algunos sostienen que hay falta de diálogo y que la instalación de los lectores se percibe como un control excesivo más que como un apoyo a la gestión escolar.
Para los colegios, implica reorganizar tiempos y espacios. La llegada de los dispositivos obligará a que los docentes pasen por un punto específico para registrar su huella, algo que antes no formaba parte de la rutina diaria.
Además, la polémica crece porque no todos los colegios recibieron información detallada sobre los pasos a seguir. La capacitación es un punto crítico que los gremios y los docentes exigen antes de que el sistema empiece a funcionar oficialmente.
Algunos especialistas en educación sostienen que el control digital de asistencia puede ser útil, pero advierten que debe acompañarse de explicaciones claras y de un marco de respeto hacia los trabajadores. Sin esto, la medida podría generar malestar. En la Ciudad de Buenos Aires, la llegada de este sistema se suma a otros intentos de modernizar la gestión educativa, aunque la comunicación con los docentes sigue siendo un punto débil. Las escuelas esperan que el funcionamiento sea claro y que no genere conflictos innecesarios.
Algunos directivos destacaron que la experiencia dependerá de la capacitación y la organización interna de cada establecimiento. Mientras tanto, los docentes esperan conocer detalles sobre los horarios y la metodología de uso. El inicio del registro oficial marcará un cambio en la rutina diaria en los colegios de Ciudad de Buenos Aires.
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