Los pensamientos obsesivos son esas
ideas que llegan a nuestra mente de manera espontánea, perjudicando
nuestra armonía diaria.
Controlar pensamientos obsesivos que vienen de la nada a la cabeza
(Fotografía: archivo prenoticia.com)
El control de los pensamientos obsesivos es un trabajo
arduo y personal que debe tener una persona, ayudado con un
profesional del área de psicología y psiquiatría. Estos
indicarán los pasos a seguir para un tratamiento que puede durar
entre 3 meses y/o 2 años aproximadamente.
El sentimiento de culpa, ansiedad o de no saber controlar
situaciones que no están a nuestro alcance, pero que de alguna manera las hacemos propias y
quisiéramos controlar la suerte de éstas, son
considerados pensamientos obsesivos si caen en nuestra
mente de manera recurrente.
Estos interfieren en nuestro día a día, volviéndola a nuestra
actividades sumamente complicada cuando en el hecho o contexto
suelen ser simples tareas diarias
tanto en el ámbito del hogar como del trabajo.
Para ello,
es muy importante tener en cuenta que las emociones y/o
sentimientos negativos pueden incrementarse
si no se tiene un sano y tratado control del nivel de estrés o
ansiedad de la persona, perjudicando de esta manera su desarrollo
personal y que puede culminar con la creación de nuevos trastornos
obsesivos-compulsivos o alteraciones a nivel personal.
Como los pensamientos obsesivos negativos están relacionados
directamente con el estado de estrés o ansiedad de la persona, la
relajación tanto física como mental, es uno de los elementos
centrales de la manera de control de estos.
• Técnica de respiración y meditación
• Técnicas de respiración diafragmática
• Deportes, como natación, fútbol, etc.
Son algunos de estas actividades las que ayudan a tener una mejor
relajación, mejor flujo sanguíneo y mejorar la capacidad física y
mental de la persona.
Una vez que la relajación comienza a ser parte de la forma de
llevar a cabo las actividades, la persona notará una mejoría no solo
en su conducta sino en la manera de procesar los pensamientos,
descartando ciertos y practicando con tranquilidad los de forma
racional.
De esta manera, y con esta práctica diaria, la persona notará un
cambio positivo en su ambiente, alrededor, forma de ver las cosas y
por supuesto en su capacidad y actitud propia. La relajación y
tranquilidad en realizar las actividades debe transformarse en un
hábito para llegar el control de sus propios pensamientos
racionales, y con el tiempo la eliminación y control de todo
pensamiento obsesivo negativo que llegue de la nada a la
cabeza.
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