Caracas se encuentra bajo una estricta vigilancia militar. En los 煤ltimos d铆as, efectivos uniformados y polic铆as encapuchados intensificaron los controles en los accesos a la ciudad y los alrededores de los edificios gubernamentales. Este despliegue se debe a la inminente asunci贸n de Nicol谩s Maduro como presidente, programada para el pr贸ximo 10 de enero.
El ambiente est谩 cargado de tensi贸n. En esta misma l铆nea, el r茅gimen anunci贸 la captura de siete extranjeros, entre ellos dos ciudadanos norteamericanos, acusados de ser "mercenarios" enviados para desestabilizar al gobierno bolivariano. Las detenciones incluyen a figuras relacionadas con la oposici贸n, como el yerno de Edmundo Gonz谩lez Urrutia.
"Hemos capturado a siete mercenarios extranjeros en un solo d铆a", afirm贸 Maduro en su 煤ltima declaraci贸n. Seg煤n 茅l, los acusados son parte de un complot para sabotear su pr贸xima investidura presidencial. Sin embargo, las detenciones arbitrarias y el uso del t茅rmino "mercenario" para referirse a opositores han generado cr铆ticas dentro y fuera de Venezuela.
La situaci贸n en la capital parece agravarse. Los operativos incluyen arrestos nocturnos y fuertes controles en puntos estrat茅gicos de la ciudad. Mientras tanto, el gobierno insiste en que estas medidas son necesarias para garantizar la estabilidad del pa铆s ante posibles amenazas internas y externas.
En las calles, el clima de incertidumbre crece. Los residentes observan con cautela los movimientos de las fuerzas de seguridad. Aunque Maduro asegura que estas acciones son para proteger su gobierno, la comunidad internacional muestra preocupaci贸n por las crecientes violaciones a los derechos humanos.