Un estudio reveló algo inesperado sobre la mente femenina
Aunque más pequeño, el cerebro femenino logra procesar la información de forma más eficaz (iStock)
En los últimos años, varios estudios vienen arrojando nuevas respuestas sobre las diferencias entre los cerebros de mujeres y hombres. Si bien el de los varones es, en promedio, más grande, eso no significa que sea más potente. Una investigación reciente realizada en Reino Unido, con más de 5 mil participantes, trajo nuevos datos. El tamaño no siempre define la calidad del funcionamiento. En este caso, el cerebro femenino mostró una organización distinta, con estructuras más eficientes.
El grosor de la corteza cerebral en mujeres es mayor. Esta zona, que interviene en funciones como el pensamiento, la memoria o las emociones, trabaja de forma más ágil gracias a esa característica. No necesita más volumen para operar mejor.
El dato llamativo es que las mujeres tienen más conexiones entre ambos hemisferios. Esta conectividad permite una coordinación más afinada entre el razonamiento y las emociones. Los hombres, en cambio, tienen más conexiones internas dentro de cada hemisferio. Estas diferencias no indican que uno sea mejor que otro. Lo que sí se confirma es que operan de forma distinta. Mientras los varones tienden a destacarse en lo espacial o motriz, las mujeres lo hacen en el lenguaje, la memoria verbal y la multitarea.
Desde el Instituto Max Planck, un grupo de expertos insistió en este punto: los cerebros no compiten, se complementan. Cada estructura tiene sus ventajas según el contexto y las tareas a realizar.
Además, el entorno y la experiencia juegan un papel clave. La neuroplasticidad permite al cerebro adaptarse y aprender toda la vida. Por eso, más allá de diferencias biológicas, lo importante es cómo usamos esa herramienta. El trabajo publicado en la revista Cerebral Cortex mostró que el cerebro masculino es un 10% más grande. Pero también evidenció que las mujeres tienen una arquitectura más compleja en la materia blanca, lo que impacta en la eficiencia del procesamiento.
Otra investigación, esta vez de la Universidad de Pensilvania, coincidió con estas conclusiones. Los escaneos cerebrales demostraron que la forma de conectarse internamente varía según el sexo, pero ninguna de las dos estructuras es superior.
Lo que antes se creía como una desventaja por tamaño, ahora se entiende como una diferencia de diseño. La eficiencia del cerebro femenino no depende de tener más volumen, sino de cómo está distribuida la información y cómo fluye.
Estos datos cambian la forma en que se interpreta la inteligencia. El rendimiento mental no se mide por peso o volumen. La ciencia lo está dejando claro: cada cerebro tiene su propio estilo para enfrentar la realidad.
Por eso, los especialistas proponen dejar de lado comparaciones simplistas. El foco está en entender cómo piensa y siente cada persona, sin encasillar ni imponer moldes.
En los últimos años, varios estudios vienen arrojando nuevas respuestas sobre las diferencias entre los cerebros de mujeres y hombres. Si bien el de los varones es, en promedio, más grande, eso no significa que sea más potente. Una investigación reciente realizada en Reino Unido, con más de 5 mil participantes, trajo nuevos datos. El tamaño no siempre define la calidad del funcionamiento. En este caso, el cerebro femenino mostró una organización distinta, con estructuras más eficientes.
El grosor de la corteza cerebral en mujeres es mayor. Esta zona, que interviene en funciones como el pensamiento, la memoria o las emociones, trabaja de forma más ágil gracias a esa característica. No necesita más volumen para operar mejor.
El dato llamativo es que las mujeres tienen más conexiones entre ambos hemisferios. Esta conectividad permite una coordinación más afinada entre el razonamiento y las emociones. Los hombres, en cambio, tienen más conexiones internas dentro de cada hemisferio. Estas diferencias no indican que uno sea mejor que otro. Lo que sí se confirma es que operan de forma distinta. Mientras los varones tienden a destacarse en lo espacial o motriz, las mujeres lo hacen en el lenguaje, la memoria verbal y la multitarea.
Desde el Instituto Max Planck, un grupo de expertos insistió en este punto: los cerebros no compiten, se complementan. Cada estructura tiene sus ventajas según el contexto y las tareas a realizar.
Además, el entorno y la experiencia juegan un papel clave. La neuroplasticidad permite al cerebro adaptarse y aprender toda la vida. Por eso, más allá de diferencias biológicas, lo importante es cómo usamos esa herramienta. El trabajo publicado en la revista Cerebral Cortex mostró que el cerebro masculino es un 10% más grande. Pero también evidenció que las mujeres tienen una arquitectura más compleja en la materia blanca, lo que impacta en la eficiencia del procesamiento.
Otra investigación, esta vez de la Universidad de Pensilvania, coincidió con estas conclusiones. Los escaneos cerebrales demostraron que la forma de conectarse internamente varía según el sexo, pero ninguna de las dos estructuras es superior.
Lo que antes se creía como una desventaja por tamaño, ahora se entiende como una diferencia de diseño. La eficiencia del cerebro femenino no depende de tener más volumen, sino de cómo está distribuida la información y cómo fluye.
Estos datos cambian la forma en que se interpreta la inteligencia. El rendimiento mental no se mide por peso o volumen. La ciencia lo está dejando claro: cada cerebro tiene su propio estilo para enfrentar la realidad.
Por eso, los especialistas proponen dejar de lado comparaciones simplistas. El foco está en entender cómo piensa y siente cada persona, sin encasillar ni imponer moldes.
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