La razón por la que la Justicia nunca puede sentenciar a un “trapito”

Si bien la sanción mínima es de $200 y la máxima de 1000, ese es el precio que tiene la contravencional. Pero los jueces casi nunca pueden sentenciarlos, y las causas se archivan 

FOTOGRAFÍA: MAURICIO ACOSTA

Casi todas las denuncias presentadas ante la Justicia contra los cuidadores de coches clandestinos, o también apodados en Argentina como “trapitos”, terminan archivadas por los jueces y fiscales de la ciudad, y nunca hay una sentencia firme en cada denuncia. Algunas de estas hasta incluyen agresiones físicas y daños materiales, pero la razón por la que los jueces nunca llegan a una condena es por la falta de pruebas

“Llegado el juicio, es difícil probar que el trapito exigió dinero a cambio de cuidar el auto” nos dice un abogado por los pasillos de la Facultad de Derecho. “La falta del elemento probatorio es la causa fundamental por la que no se puede atribuirle al cuidador de coches clandestinos su accionar ilegal”. Estos elementos sabidos y aprovechados por muchos cuidadores clandestinos de autos” según ya vienen denunciando y reclamando jueves y fiscales desde hace mucho tiempo, “hacen que la mayoría de estas mismas multas sean irrisorias al momento de sancionar contravencionalmente a quien corresponde” mencionaron.
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